viernes, 6 de septiembre de 2019

Luchar por: el feminismo

"Ahora con este tema del feminismo", "ustedes las feminazis", "no todos los hombres somos iguales", "son unas extremistas fanáticas, siempre agrediendo al que piensa diferente".
Si habremos escuchado un millón de frases como estas, ¿no? Y lo fácil que resulta encasillarnos en un movimiento, criticarnos, no ponerse en el lugar de una y, por ende, carecer de forma considerada de empatía.
Yo creo que este es un debate que empezó hace muchísimo tiempo, supongo que desde que el mundo es mundo, y desde que la primer mujer se le plantó al hombre que tenía al lado y le dijo: "pará la mano, que yo también tengo derecho a decidir".
Y decidir, esta palabra que resuena en nuestras cabezas con mucha más frecuencia que antes...¿qué significa? ¿somos realmente capaces de decidir lo que creemos mejor para nosotras mismas sin sentirnos influidas por la opinión ajena? Supongo que no, al menos no en la forma en la que deberíamos. Porque es muy fácil juzgar desde afuera, sin sentir ni padecer lo que esa persona está viviendo.
Desde mi punto de vista, hay dos caminos posibles: la primera, no meterse, no juzgar y dejar que la mujer sea libre de tomar la decisión que crea más conveniente. La segunda opción es manifestar nuestra empatía con esa compañera que sufre, de la forma que sea respecto a la mirada patriarcal de este sistema injusto, y ver la mejor manera de ayudarla y/o acompañarla. Porque de eso se trata el feminismo, de acompañar a la mujer que tenemos al lado sin creer que somos las dueñas de una verdad única e indiscutible. Feminismo es estar, es escuchar, es comprender. Feminismo es luchar, no sólo por mi, sino por todas.

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